El hijo más pequeño del coronel Muammar Khadafi, Jamis, está vivo, se encuentra en buen estado y dirige a la resistencia verde con sus contactos en Libia, que controlan el sur y el este del país y se reagrupan rodeando la capital trípoli por el oeste.
La OTAN no solo no cumplió su misión en Libia por la inmoral violación de su propia resolución 1973 para la “protección de civiles”, sino que además no cumplió su objetivo fundamental: la destrucción total del khadafismo.
Hoy mientras el poder real en Libia lo detenta Al Qaeda y las milicias armadas hasta los dientes puestas por Qatar, Europa y Norteamerica, el pretendido ejercito de la era pos Khadafi está en una abierta guerra contra estos sectores al igual que los leales al traidor y renegado general Jalifa Haftar. En pocas palabras; todos los traidores y sicarios plurinacionales que participaron de la conspiración contra la Libia socialista, se están masacrando entre sí.