El Partido Comunista de la Federación Rusa ha inaugurado su XV congreso
partidario y la historia es la misma de siempre; Guennadi Ziuganov es el
coordinador, sus principios y objetivos siguen siendo los mismos que los
postulados en su resurgimiento en el espacio pos soviético. A la vez que se continúa
indicando la supuesta capacidad del partido para hacer frente al
neoliberalismo, a las grandes oligarquías y al anticomunismo.
A decir verdad como en repetidas ocasiones, la reunión partidaria se
trató tan solo de un encuentro institucional, casi de gala, que los comunistas
rusos se dan cada tanto para renovar esperanzas.
Que de un congreso partidario, realizado por el órgano heredero del que
fuera el legendario partido de Lenin y Stalin, director de las políticas oficiales
de la que fuera entonces la nación más grande del mundo; se extraiga como
positivo que la institución representa a la segunda fuerza política en las urnas
y en el parlamento; refleja una falta de aspiración revolucionaria casi decadente.
En diferentes ocasiones lo he dicho: “El tiempo de Ziuganov pasó”; y
esto no se trata de dar al viejo líder comunista ruso una despiadada critica de
forma gratuita, evitando reconocerle las cosas buenas que ha realizado, pues
recordemos que en algún momento, aunque breve, el PCFR fue la fuerza política más
influyente de Rusia; pero lo ocurrido en aquel entonces y lo que ocurre en la
actualidad, es precisamente lo que hace exigir un cambio en la cúpula del
partido.
Ziuganov no supo mantener al partido en el liderazgo nacional que logró
en los años 95 y 96 y no supo volcar en el campo de la lucha popular la búsqueda
de las victorias que los comunistas habían obtenido en las urnas. Esto solo
sirvió para incrementar el poder del liberal Rusia Unida, que cambiando su modo
de hacer política, al adoptar una retórica patriótica y proteccionista pudo
imponerse como el único partido fuerte de toda la federación.
1 comentario:
Muy acertado y oportuno análisis, Ziuganov es una personalidad omega, un perdedor nato. Es feliz en la oposición, por eso lleva 20 años de inoperancia y caida libre. Y en los momentos críticos siempre se achantó, siempre encontró excusas para no actuar como un alfa. (Sin ir más lejos el año 1996 cuando le robaron el triunfo y se limitó a decir "no caigamos en provocaciones"). Quizás no tuviera fuerza para revertir la situación, pero sí para hacer constar en la calle, a los 4 vientos, el pucherazo. Lo que llevó al desánimo y desmovilización a millones de comunistas beta.
ib1960
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