Irán quintuplica su poder defensivo.

Con motivo de la fabricación del destructor Sahand que entre otras creaciones han llevado a la nación islámica a batir un récord en la producción militar, el contralmirante persa Habibollah Sayyari, manifestó que Irán ha aumentado en cinco veces su poder defensivo.

La velocidad y eficacia con la que la República Islámica de Irán hace reales esos proyectos militares, hablan a las claras del esplendor y fortaleza con los que cuenta el país medio oriental.

El destructor Sahand fue fabricado en los astilleros de ese país y comenzó a navegar en septiembre pasado, junto a un submarino mediano de fabricación rusa que los persas mejoraron y reconstruyeron, apunta Russia Today.

Las presentes fabricaciones marítimas junto a las exitosas maniobras militares realizadas el presente año por los persas, se dan en el marco de amenaza que la nación islámica sufre por parte de Israel, Norteamérica y la Unión Europea.

Desde 2010 las amenazantes potencias tienen trazado el plan de invasión a Irán y aun no lo han llevado a cabo, seguramente por la campaña de disuasión bélica realizada por la nación revolucionaria, la que ha aumentado considerablemente su capacidad defensiva y también su capacidad de atacar objetivos extrarregionales.

El temor de que Irán se convierta en un pantano sin salida para los países imperialistas, sobre todo por su autosuficiencia militar, a llevado a estos a optar primeramente por el ahogo económico, el que supone, la desvalorización del Rial (moneda iraní), el bloqueo de transacciones comerciales y la sanción pecuniaria para quienes compren su petróleo. Pero esa pretendidamente exitosa empresa, parece destinada al fracaso ante los logros militares y sociales que la sociedad iraní experimenta.

En principios del mes de septiembre, luego de llevar a cabo las exitosas practicas militares defensivas encuadradas dentro del programa “Gran profeta 7”, la Republica Islámica de Irán logró fabricar un moderno sistema de defensa antimisiles que dieron reemplazo a los S300 que los rusos se negaron a entregarles, rescindiendo unilateralmente el contrato de compraventa de dichos artefactos.