martes, 3 de diciembre de 2013

¿Cómo se compone el enemigo en Libia?

Desde un criterio restringido o directo, el enemigo en Libia se divide en tres facciones; una islamista, una liberal y una tribal. Cada una de estas tiene sus propios objetivos y sus distintos financistas, lo que inevitablemente ha provocado que se maten entre sí, pues las porciones a llevarse del pastel libio no han alcanzado por igual a todos los mercenarios anti-khadafistas.

Desde un criterio más amplio, o indirecto; pueden agregárseles al rejunte enemigo libio, más facciones aún, producto de las luchas internas entre ellas, y también debido a la presencia de la OTAN en el país; lo que per se, a las consideradas por el criterio restringido se les sumaría esta cuarta cabeza integrada por agentes de la organización imperialista.

Los islamistas son el enemigo más fuerte y organizado que tienen los libios, esta facción cuenta de una división interna, que se da entre la Hermandad Musulmana y Al Qaeda; aunque seguidores de Khadafi, aseguran que en la práctica esa división no existe y en realidad la facción enemiga islamista es una. Los khadafistas denuncian que esa falsa división es un juego de mercenarios a sueldo, en el que la Hermandad Musulmana y sus allegados, plantean un discurso político y hablan amablemente en los medios, mientras el poder real lo mantiene Al Qaeda.

Otra división que se le señala a esta facción enemiga, es entre salafistas y yihadistas, puesto que allí chocan los intereses de dos de sus grandes financistas: Qatar y Arabia Saudita, que se detestan entre si; pero esta no es más que otra falsa división, porque a pesar del odio que los yihadistas pro Qatar, le tienen al régimen Saudí; ambos responden al mismo patrón, que es EEUU.

Los islamistas que durante la guerra de ocupación, mal denominada guerra civil libia, cometieron los más espantosos crímenes contra los ciudadanos disidentes, que hoy continúan perpetrando; reciben apoyo y financiación de Francia y Reino Unido, además del de Qatar y Árabia Saudita.

Los liberales por el contrario, son un grupo mucho más reducido que los islamistas, y cuya organización al lado de la de aquellos, es debil; como el enemigo en general, no tienen apoyo popular, y están conformados por personalidades políticas que fueron formadas fuera de Libia, direccionando y pagando su capacitación, oscuros capitales financieros que responden a intereses occidentales.

De todas las figuras jerárquicas de los liberales, el único que ha vivido en Libia y conoce a gente en el país, es Mahmoud Jibril, ex funcionario ministerial del gobierno de Muammar Khadafi, que traicionó a su deber y encabezó las filas “rebeldes” cuando la conspiración contra el Hermano Líder y Guía daba ya sus primeros pasos. Todas las demás “figuras politicas” que representan a esta rama del enemigo, pasaron su vida fuera de Libia, principalmente en Londres, New York y París.

Para poder controlar esferas de poder dentro del caos en que se convirtió el país magrebí en el espacio pos Khadafi, se valen del importante aporte de occidente, lo que además suple (al menos por ahora), la rotunda falta de apoyo popular que sufre esta facción.

Los países de la OTAN tienen principal interés en privilegiar la ayuda a este grupo, puesto que es el que mejor representa a sus intereses; lo que no quita que países como Francia y Reino Unido financien también a los islamistas como puntualicé anteriormente.

Este grupo es detestado por Qatar, Al Qaeda y la Hermandad Musulmana, pero sin dudas es el que occidente se esmera en mantener como “la opción”.

La tercera fracción son las milicias tribales, conformadas por algunas  familias, o un gran clan, que ante las jugosas dádivas occidentales y qataries, se unieron a la OTAN. Su alianza está basada dentro de una concepción puramente tribal, no les interesa la política en lo más mínimo, no tienen ideología; varían según su conveniencia, pues lo que en realidad les interesa, es lograr una posición de poder para sus respectivos clanes.

Esta rama del enemigo no está conformada por  todas las tribus libias; e incluso la mayor parte de las tribus continúan siendo leales a viejo líder. Además las tribus que se enmarcan en la línea enemiga pueden aún volver a ofrecer lealtad a la Yamahiriya; si es que los militantes verdes pueden convencerlas. No obstante esto, las milicias tribales que conforman el enemigo en Libia, tienen mucha gente y gran cantidad de armas.

Por otro lado debe nombrarse a la presencia de tropas de la OTAN que actúan en Libia a nombre de las potencias occidentales, en alianza con los liberales; según estimaciones de fuentes del Magreb, unos 3000 soldados de la OTAN operan en territorio libio. A los agentes otanicos actuantes, se les suma la inteligencia satelital de la organización que está sobre Libia y navíos  componentes de su fuerza naval, con una fuerte presencia en el mediterráneo y cuyos misiles apuntan al país norafricano.

Finalmente, como otra pata dentro de esa estructura enemiga, no puede dejar de nombrarse a Misrata, principal factor de poder en la Libia actual, que cuenta con un nutrido apoyo occidental para mantenerse, y se trata de quien realmente direcciona o intenta direccionar, los destinos de la nación.

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