Ante la apabullante derrota bélica, Obama anuncia el fin de la guerra en Irak. Mientras que en Afganistán la situación se vuelve desesperante.

Roxana Nodarovska.
Ayer, el presidente de EEUU Barak Obama dio a conocer la noticia del final definitivo de la contienda militar en Irak; informando que a partir del momento las tropas yanquis instaladas en el país medio-oriental dejarán de participar en los combates; a la vez que anuncio su reducción de 144.000 efectivos militares a 50.00, para que permanezcan en territorio iraquí sólo en misión de entrenamiento y asesoría.
Las operaciones militares desarrolladas en Irak desde el 2003 a hoy, han causado más de 1 millos 300 mil muertos y ha costado a Washington más de un billón de dólares.
Hoy a siete años del comienzo del genocidio, desde la casa blanca se dan manifestaciones claras a cerca del error que significó la intervención militar en Irak y de las traumáticas consecuencias que esto le trajo al país imperialista. Para colmo en Afganistán, el otro país asiático que diariamente sufre los terribles efectos de las decisiones que toma un degenerado a miles de kilómetros; se vuelve alarmante, con 322 muertos de enero pasado hasta hoy, el 2010 es el año más mortífero para las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán desde la invasión al país islámico en el 2001.