En una estrategia dirigida a recuperar los yacimientos Bolívar (Oruro) y en Porco, Colquiri y San Vicente, de Potosí, el gobierno boliviano, dirigido por Evo Morales, confirmó la decisión de ajustar contratos con las mineras Glencore (Suiza) y la canadiense Pan American Silver, para materializar su objetivo de que el estado tenga un mayor control en las minas que operan en suelo boliviano.
La medida va más allá, pues se pretende que el Estado Plurinacional tenga un control total sobre la cadena productiva, el manejo de los libros de contabilidad y la comercialización de minerales.
Juntamente con está noticia, desde el gobierno socialista, se adelantó el inicio de la discusión del proyecto de una nueva Ley de Minería.
Con esta nueva medida, el gobierno boliviano sigue en el camino de la construcción del socialismo del siglo XXI, que empezó desde mayo del 2006, con la recuperación de los hidrocarburos y la nacionalización de sectores estratégicos entre ellos las comunicaciones y la electricidad.
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