Kotty Menendez.
Salvador Allende fue uno de los revolucionarios más lucidos que parió nuestro continente latinoamericano y sin lugar dudas, uno de los de pelotas mas grandes que haya existido en el mundo. No solo por su trágico final, si no que también por su esplendoroso principio.
El 26 de junio de 1908 en Valparaíso, se sumaba al país de Ohiggins, Carrera, Prat y Portales; una guagua que con el correr de los años se convertiría en la esperanza de las clases sociales mas postergadas de Chile y que en el plano regional e internacional, constituiría a su nación como una alternativa anti-imperialista inédita para la historia de la humanidad.
Su caballerosidad, su honestidad y su hombría de bien, más sus profundas convicciones revolucionarias; hicieron que la larga y angosta faja este en los ojos y la boca del mundo entero; tales atribuciones convirtieron a la férrea y ardua lucha impuesta por Salvador contra los yanquis y las depravadas transnacionales, en un hermoso sendero fáctico, repleto de humanidad, democracia, compañerismo e intransigencia.
Con un tacto popular casi nunca visto en rincón alguno del mundo y con una perseverancia admirable; Salvador llegó a la moneda luego de kilómetros y kilómetros de tren, de pasos y pasos en los barrios y escritos tras escritos que nos proyectaban su “vía chilena al socialismo”. Allí, Cumplió con todo lo prometido y pagó con su vida la lealtad hacia la voluntad popular de su pueblo.
Hoy, Allende vive en el corazón de todos los amantes de la libertad y su renacimiento se gesta en la conciencia de cientos de miles de jóvenes que luchan por un Chile diferente; cientos de miles de jóvenes, que están emancipados del miedo que en su momento un perro dictador disfrazado de hombre sembró sobre sus padres; miedo próximo a morir definitivamente ante el voraz avance de la marcha de la historia; que día a día se va rectificando, gracias a lo cual los valores allendistas vuelven a tener vigencia y representan la esperanza de que un Chile mejor y con justicia social, mas humano y democrático, es posible.
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