Los terroristas entrenados por márgenes de Al Qaeda en los países
vecinos a Siria y financiados por EEUU y la Unión Europea, buscan rodear todos
los controles policiales y militares del país, así como también todos los
centros de reunión de militantes pro régimen, para eliminarlos.
El comunicado de los terroristas llama a asediar regiones
rurales y urbanas para generar caos y hacer quebrar la lealtad de los civiles y
los uniformados para con el gobierno conducido por el cuadro bassista.
Mientras Siria queda sumergida en una guerra impuesta desde
el extranjero contra las actuales autoridades del país medio oriental, la
comunidad internacional sigue demostrando su lamentable tarea, miedosa o
funcional al imperio yanqui-europeo.
Las posturas que dividen a los sujetos de la comunidad
internacional respecto al conflicto sirio son propugnadas por EEUU por un lado
y por Rusia por otro. Los primeros fieles a su cultura marítima e
intervencionista aliados a un continente que lleva siglos y siglos de
decadencia como es el europeo, a la vez que financian y dan todo tipo de apoyo
a los terroristas sirios, buscan aprobar en el seno del Consejo de Seguridad de
la ONU, una resolución que establezca sanciones contra Siria y que permita un
ataque contra la nación árabe. Rusia por su lado, con su mano temblando visiblemente,
se niega a aprobar una resolución que posibilite un ataque armado contra Siria,
pero ha dejado en en claro que no apoya al régimen de al Assad en el actual
conflicto y que tampoco lo defenderá ante un ataque de los países occidentales,
más allá del cumplimiento contractual de acuerdos pasados, que prevén la
compraventa de material bélico entre ambas naciones.
Irán por su parte, así como también el movimiento revolucionario
libanes Hezbollah, ha dicho claramente que defenderá a su hermana nación árabe
ante un ataque armado de las potencias extranjeras, dejando en claro su
posicionamiento anti-imperialista sin titubeo alguno.
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