En un articulo publicado por el diario frances l'Humanité, escrito por J.A Pina y titulado: El desmantelamiento de la URSS: ¡el mayor saqueo que el mundo haya conocido¡, se hace referencia a las causas que determinaron la caida del campo socialista, a fin de informar sobre las condiciones sociales desfavorables que la economia de mercado trajo para sus pueblos.
En el plano inmediato de la narración de Pina, se ve marcado el caracter dictatorial e injusto con el que el capitalismo impuso sus reglas en el nuevo espacio politico.
"El FMI y el Banco Mundial -dice el articulo- dictan sus leyes a los gobiernos, estos en su mayoría no tienen experiencia en economía de mercado, y están, unos acuciados por entrar en la Unión Europea (Polonia, Hungría, República Checa…), y otros, impacientes por alcanzar a Norteamérica (Rusia, Ucrania). Los banqueros y los Estados Capitalistas persiguen dos objetivos : supeditar los países del Este a Occidente y, debilitar a Rusia, cuyo potencial industrial y científico, aunque degradado, sigue siendo una amenaza económica".En el plano inmediato de la narración de Pina, se ve marcado el caracter dictatorial e injusto con el que el capitalismo impuso sus reglas en el nuevo espacio politico.
Sin vacilar, Pina deja en claro lo que significó y costó la transición a la economia de mercado, estableciendo que;: "la restauración del capitalismo, comienza por la llamada “terapia de choque” : liberalización de los precios, privatizaciones, supresión de las subvenciones públicas y desmantelamiento de los sistemas de protección social. De un día para otro, las empresas del Estado, cuyas transacciones, de principio a fin, pasaban anteriormente por los ministerios, se ven ahora abandonadas a la intemperie, privadas de fondos públicos de inversión". Las conquistas alcanzadas por el socialismo son puestas en venta y sus costos se sienten al quedar sumamente relegadas las actitudes activas que los estados populares y sovieticos siempre habian tenido en materia de Derechos Economicos, Sociales y Culrurales. Cuando l´Humanité hace mención al saqueo que el capitalismo desarrolló a travez de las transacciones con las nuevas republicas, da la pauta de la concepción historica revisionisionista (a la cual aderimos), que mantiene como las causas cientificas del desplome de la URSS y de las democracias populares en el este europeo, a las transacciones comerciales entre los "marxistas reformadores" y los agentes oligarcas del mercado mundial.
Otro pasaje del articulo explica de forma concreta la destrucción economica que logró el neoliberalismo ultra-privatizante y las concecuencias penosas y traumaticas a las que los pueblos sovieticos y este-europeos debieron afrontar. "es la destrucción de la industria -dice Pina- (en particular la siderurgia, la metalurgia, la química y las minas). Por todas partes, se asiste a una explosión del paro (desempleo); fenómeno tanto más duro en cuanto que no existía o muy poco bajo el anterior régimen, y además, sin que ningún sistema de indemnización fuese creado a principios de los años 1990. La tasa de paro era en Rusia, en vísperas de la implosión de la URSS, el 0,1 de la población activa, y va a subir al 0,8 % en 1992, y hasta el 7,5% en 1994, cuatro veces más deprisa que en Bielorrusia (0,5% en 1992 y 2,1% en 1994), que adoptó un método más gradual de transición sin desmantelar sus estructuras económicas y sobre todo el sistema de protección social. Para el conjunto de los países de Europa Central y Oriental (PECO), la tasa media de paro pasa del 2,6% en 1990 al 11,7% en el 2000.
Finalmente, siempre siguiendo en la idea de la transacción politica-economica y la del gobierno extranjero que impone las directivas por medio de las potencias capitalistas y las multinacionales a los nuevos gobiernos nacionales, tambien hace referencia a quienes fueron los que se enriquecieron con las ventas de los bienes que eran patrimonio de todo el pueblo : "en Rusia, el déficit presupuestario debe pasar del 20% en 1991 a 1% en 1992. Las primeras víctimas van a ser los pensionistas, los funcionarios, cuyos salarios no serán ya pagados regularmente durante varios años, y los servicios públicos.Ya sean organizadas y beneficien a los capitalistas extranjeros, como en el Este, o tengan un carácter “salvaje” como en Rusia, las privatizaciones están en el centro de la “terapia de choque”. Éstas dieron lugar a enormes liquidaciones de las capacidades industriales “rentables” y a una especulación financiera desenfrenada, que desembocará en la quiebra bursátil de Moscú en 1998. Contrariamente a lo que se ha dicho, no son los “directores rojos” concentrados en el complejo militar-industrial quienes fueron los más beneficiados de todo ello, sino una casta de apparatchiks, provenientes, entre otros, en la ex URSS, del Konsomol (las Juventudes Comunistas). El Russian Privatization Center recibió millones de dólares del Banco Mundial, del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y de diversos gobiernos. Una casta de oligarcas de una riqueza obscena, donde se mezclan antiguos dueños de la economía en la sombra de la época soviética y nuevos capitalistas, sale a la luz.Esta oligarquía intenta, no sin éxito, intervenir en la política rusa hasta la llegada de Putin, que acomete la tarea de reducir sus pretensiones y de restituir al país, a través de montajes financieros muchas veces oscuros, sus recursos naturales y mineros, y algunos sectores estratégicos (aeronáutica, espacial, armamento…).El sistema de protección social y, en las “ciudades fabricas” de la URSS : la enseñanza, la sanidad y el abastecimiento, se organizaban por medio de las empresas, y frecuentemente, a través de los sindicatos. El hundimiento de las economías acarrea el hundimiento de la protección social.Un estudio comparativo entre los países postcomunistas hecho por la revista “Lancet” (2009) atribuye el aumento de más del 18% de la mortalidad en Rusia a las privatizaciones masivas y al paro resultante. La vida ha sido liquidada también…"
Otro pasaje del articulo explica de forma concreta la destrucción economica que logró el neoliberalismo ultra-privatizante y las concecuencias penosas y traumaticas a las que los pueblos sovieticos y este-europeos debieron afrontar. "es la destrucción de la industria -dice Pina- (en particular la siderurgia, la metalurgia, la química y las minas). Por todas partes, se asiste a una explosión del paro (desempleo); fenómeno tanto más duro en cuanto que no existía o muy poco bajo el anterior régimen, y además, sin que ningún sistema de indemnización fuese creado a principios de los años 1990. La tasa de paro era en Rusia, en vísperas de la implosión de la URSS, el 0,1 de la población activa, y va a subir al 0,8 % en 1992, y hasta el 7,5% en 1994, cuatro veces más deprisa que en Bielorrusia (0,5% en 1992 y 2,1% en 1994), que adoptó un método más gradual de transición sin desmantelar sus estructuras económicas y sobre todo el sistema de protección social. Para el conjunto de los países de Europa Central y Oriental (PECO), la tasa media de paro pasa del 2,6% en 1990 al 11,7% en el 2000.
Finalmente, siempre siguiendo en la idea de la transacción politica-economica y la del gobierno extranjero que impone las directivas por medio de las potencias capitalistas y las multinacionales a los nuevos gobiernos nacionales, tambien hace referencia a quienes fueron los que se enriquecieron con las ventas de los bienes que eran patrimonio de todo el pueblo : "en Rusia, el déficit presupuestario debe pasar del 20% en 1991 a 1% en 1992. Las primeras víctimas van a ser los pensionistas, los funcionarios, cuyos salarios no serán ya pagados regularmente durante varios años, y los servicios públicos.Ya sean organizadas y beneficien a los capitalistas extranjeros, como en el Este, o tengan un carácter “salvaje” como en Rusia, las privatizaciones están en el centro de la “terapia de choque”. Éstas dieron lugar a enormes liquidaciones de las capacidades industriales “rentables” y a una especulación financiera desenfrenada, que desembocará en la quiebra bursátil de Moscú en 1998. Contrariamente a lo que se ha dicho, no son los “directores rojos” concentrados en el complejo militar-industrial quienes fueron los más beneficiados de todo ello, sino una casta de apparatchiks, provenientes, entre otros, en la ex URSS, del Konsomol (las Juventudes Comunistas). El Russian Privatization Center recibió millones de dólares del Banco Mundial, del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y de diversos gobiernos. Una casta de oligarcas de una riqueza obscena, donde se mezclan antiguos dueños de la economía en la sombra de la época soviética y nuevos capitalistas, sale a la luz.Esta oligarquía intenta, no sin éxito, intervenir en la política rusa hasta la llegada de Putin, que acomete la tarea de reducir sus pretensiones y de restituir al país, a través de montajes financieros muchas veces oscuros, sus recursos naturales y mineros, y algunos sectores estratégicos (aeronáutica, espacial, armamento…).El sistema de protección social y, en las “ciudades fabricas” de la URSS : la enseñanza, la sanidad y el abastecimiento, se organizaban por medio de las empresas, y frecuentemente, a través de los sindicatos. El hundimiento de las economías acarrea el hundimiento de la protección social.Un estudio comparativo entre los países postcomunistas hecho por la revista “Lancet” (2009) atribuye el aumento de más del 18% de la mortalidad en Rusia a las privatizaciones masivas y al paro resultante. La vida ha sido liquidada también…"
El articulo deja en claro aspectos que siempre se han mantenido ocultos por los historiadores occidentales quienes se empeñan en enseñar a base de "verdad universal", que los acontecimientos que dieron fin al Socialismo en Europa fueron productos de de una revolución social, cuando en realidad solo se trató de un contrato economicamente abusivo y humillante entre los "reformadores" de los partidos oficiales de estado y los grupos economicos concentrados por el cual se cedió la soberania popular.
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