Miles de militantes maoístas se lanzaron a las calles de Katmandú en una de las mayores manifestaciones contra el Ejecutivo. Bajo el lema «abajo el Gobierno marioneta» y enarbolando banderas rojas, bloquearon la sede gubernamental y los principales ministerios.
Decenas de miles de maoístas rodearon ayer la secretaría central del Gobierno y los principales ministerios en el centro de la capital, Katmandú, como parte de las protestas contra la decisión presidencial de mayo de restaurar en su cargo al jefe del Ejército. El Partido Comunista de Nepal (maoísta), que durante diez años luchó contra el poder estatal, ganó las elecciones en 2008 y abolió la monarquía, pero su Gobierno cayó a los ocho meses. Los maoístas exigen al presidente, Ram Baran Tadav, que se disculpe por bloquear la destitución del jefe del Ejército, el general Rookmangud Katawal, al que acusan de oponerse a la integración de miles de ex combatientes del Ejército Nacional, que siguen confinados en campamentos controlados por la ONU. Ése era uno de los puntos clave del tratado de paz bajo el cual los maoístas abandonaron las armas hace tres años..
«Nepal puede haberse convertido en república pero aún no se ha logrado el verdadero Gobierno del pueblo», denunció a AFP uno de los manifestantes en las afueras del complejo gubernamental de Singha Durbar. «Esta protesta puede acarrear a la gente dificultades a corto plazo, pero a largo plazo traerá un futuro mejor», sostuvo. Desde primera hora de la mañana, organizaron piquetes y sentadas ante los ministerios, impidiendo que los ministros y funcionarios entraran en sus oficinas. En la movilización también participaron el ex primer ministro y presidente del partido, Pushpa Kamal Dahal, alias Prachanda, el vicepresidente, Baburam Bhattarai, y otros altos cargos. Prachanda confió en que la crisis llegue a su fin en una semana. Advirtió que si no logran un acuerdo con el Gobierno, el siguiente paso será una huelga general.
Los manifestantes bloquearon las autovías que conectan Katmandú con el resto del país. En la entrada de Thankot, la principal, cientos de personas exhibieron pancartas y las banderas rojas del partido.
Binod Singh, comisario de la policía urbana, indicó que las autopistas tuvieron que ser cerradas pero que no se registraron incidentes violentos.
No obstante, informaciones de última hora daban cuenta de enfrentamientos entre militantes maoístas y la Policía, que lanzó gases lacrimógenos. La televisión local informó de que había al menos un herido, mientras que un responsable maoísta elevó esta cifra a veinte.
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