Kotty Menendez.
Hoy, en el estado indio de Chhattisgarh, murieron al menos 73 agentes policiales y otros 8 resultaron heridos cuando un camión policial fue enboscado por agentes de la guerrilla maoista.
El ataque lo realizó ‘naxalitas', rebeldes maoístas que se esconden en zonas boscosas del centro, el este y el norte de la India y luchan contra el Gobierno para poner fin a "la opresión capitalista de campesinos pobres".
Los rebeldes operan en casi un tercio de los 593 distritos en los que está dividida la India; pero en algunas regiones han llegado a sustituir virtualmente a los gobiernos locales y desde esas bases organizan la lucha a lanzar contra instalaciones gubernamentales.
Las autoridades ven en los ‘naxalitas' una de las mayores amenazas a la seguridad nacional, "Durante mucho tiempo he mantenido que los militantes de extrema izquierda son quizá el problema interno más grave al que se enfrenta el país", dijo el primer ministri indio Mamohan Singh en una ocación a la BBC.
La ofensiba guerrillera muestra la fuerte presencia maoísta en amplias zonas de la India, especialmente en áreas rurales, que han quedado excluidas del boom económico del país.
Los insurgentes pretenden crear "un corredor rojo" que se extienda desde Nepal al sur de India.
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