martes, 9 de octubre de 2012

¿Fue real la muerte de Khadafi?

Traducido para El intersocial y Obra de Unificación por Pedro Aguirre.

Articulo de: http://apxwn.blogspot.de/

En esta entrega se presenta una versión de la muerte de Khadafi que se basa en fuentes abiertas pero apenas tenidas en consideración. Nosotros mismos somos de la opinión que la captura y el asesinato del coronel fueron una escenificación, pero consideramos que cada uno sacará sus propias conclusiones. Paso a paso vamos a intentar mostrar qué sucios juegos políticos son llevados a cabo y qué poco valor tiene en éstos una vida humana. Queremos adelantar que algunas imágenes de esta entrega podrían ser demasiado violentas para mujeres, niños y personas sensibles. (Se refieren al video de la entrada que presenta el blog)

El hombre que mató a Khadafi

Esta semana tuvo lugar en Misurata el pomposo entierro de uno de los luchadores contra el régimen de Khadafi. Estos altos honores fueron concedidos a Omran Dschumaa ben Schaaban por su “sobresaliente” (las comillas son nuestras) acción de capturar a Khadafi. Fue él quien encontró al Coronel en una conducción de desagüe. Las imágenes que dieron la vuelta al mundo muestran cómo el rebelde posa alegre delante de la cámara e insulta al hombre indefenso. Ha tenido menos de un año para bañarse en su fama. Omran ben Schaaban ha compartido el triste destino del Coronel.

En julio de este año ben Schaaban fue enviado, junto a tres de sus cómplices que también habían estado implicados en la captura de Khadafi, a una importante misión en Bani Walid. Esta tropa fue enviada a Bani Walid para negociar con los ancianos (que restablecieron el antiguo poder en la citada ciudad#), la liberación de dos periodistas que habían sido retenidos allí.
Bani Walid es la ciudad que luchó hasta el final por Khadafi; ni los bombardeos diarios de la OTAN, ni los intentos de asalto de los rebeldes pudieron quebrar la resistencia.  Por su aguante, esta ciudad heroica se ha ganado el derecho de ser autárquica frente a los nuevos gobernantes. El nuevo poder estatal no puede hacer nada en contra. Bani Walid es la capital [¿ciudad principal?] de la tribu Warfalla, y las personas de esta tribu no tienen la menor inclinación de acercamiento con las nuevas autoridades  pro-yanquis.

Bajo Khadafi esta tribu tenía numerosos privilegios, y actualmente los Warfalla han sido desplazados de todos los puestos altos del gobierno y son discriminados sistemáticamente. Casi parece que la nueva violencia estatal tuviera que asaltar la ciudad nuevamente para resolver este problema de una vez por todas. Pero esto no es realizable. En Bani Walid viven alrededor de 100.000 personas que están perfectamente armadas y formadas para el uso de armas. Si la ciudad no cayó con el apoyo de la fuerza aérea de la OTAN, lo mejor ahora es mantenerse alejado de ella. Por eso los nuevos gobernantes enviaron a Bani Walid “representantes diplomáticos”, como si no fuera territorio libio, sino un Estado vecino.

Así que ben Schaaban, con tres “Revoluzzers” tan vulnerables y erráticos como lo era él mismo, llegó a Bani Walid. Dada la alta alcurnia de semejantes huéspedes, los residentes olvidaron completamente las reglas de la diplomacia y encerraron a los cuatro. Lo que allí sucedió con ellos es algo que sólo se puede intuir. Para negociar la liberación de estos nuevos prisioneros, se pasó por allí personalmente el líder interino libio, Mohamed Yusuf al Magariaf.

Los residentes sólo liberaron a tres de los prisioneros, entre ellos ben Schaaban. El cuarto, así ha de suponerse, simplemente ya no vivió este momento. Pero tampoco los liberados tenían precisamente un buen aspecto: ben Schaaban estaba lisiado, fue trasladado rápidamente a un hospital de París, pero tampoco las lumbreras de la medicina de allí pudieron ya salvarlo.
“El hombre que capturó a Khadafi” probablemente murió tras torturas aún más horrorosas y prolongadas que las que sufrió el Coronel.

 Demasiadas coincidencias

Y aquí comienza la parte intrigante. El "héroe" principal de la captura de Khadafi está muerto, tres de sus compinches están o bien muertos o cerca de estarlo. Más aún: otros tres hombres que habían estado implicados en el asesinato de Khadafi, murieron poco antes en circunstancias no aclaradas. Un poco más, y ya no habrá más testigos vivos del asesinato del Coronel. ¿Sucede esto por pura casualidad? No parece que sea así. En esta concatenación de circunstancias también encaja el reciente asesinato del embajador de los EE UU Christopher Stevens, que fue uno de los organizadores de la agresión contra Libia y que, con seguridad, tenía conocimiento de muchos detalles.

Simultáneamente se ha producido esta semana un nuevo escándalo – en los EE UU han sido publicados las notas del diario del embajador Stevens. En ellas escribe que la situación en Benghazi empeora, que percibía  peligro proveniente de allí y exige del departamento de Estado un refuerzo de su seguridad personal, pero éste [el departamento de Estado] no reaccionó. También los nuevos gobernantes libios habían advertido sobre un ataque al consulado.

Ahora el Departamento de Estado se ha manifestado indignado de que los periodistas hayan publicado las notas del diario de Stevens, pero se ha demostrado que, efectivamente, el ataque había sido planeado.

Pero, de vuelta a Libia: casi todos los testigos del asesinato de Khadafi han muerto, el embajador informado [de ello] está muerto, también se robaron documentos del edificio destruido del consulado. ¿Por qué razón se eliminan los rastros? Aparentemente, no queda ninguno de aquellos que fueron testigos de los que sucedió realmente con Khadafi. ¿Por qué sucede esto precisamente ahora? El 20 de octubre es el primer aniversario de la muerte del coronel. Poco después hay elecciones presidenciales en los EE UU. Alguien podría colocar una simpática bomba debajo del trasero de Obama haciendo llegar feas informaciones a la opinión pública. Una bomba de cuyas consecuencias ya no podría recuperarse antes de las elecciones.

 El asesinato de Khadafi

Retrocedamos un año y observemos los acontecimientos de entonces bajo la perspectiva actual. En octubre la situación derivó en un callejón sin salida. Sin considerar que una significativa parte del territorio se encontraba bajo control rebelde, las ciudades de Sirte y Bani Walid habían rechazado exitosamente todos los ataques. El propio Khadafi vivía y se encontraba a todas luces en Sirte. La fuerza aérea de la OTAN bombardeaba y bombardeaba, gracias a lo cual entre los escombros y el polvo de cemento fueron enterrados cada vez más civiles. Esto no podía continuar así, ya entonces Siria – para la que estaba prevista una campaña militar muy parecida – estaba a la cola.

Y ahora atención. El 19 de octubre, el día anterior a la captura de Khadafi, la ministra de exteriores de los EE UU, Hillary Clinton, llega de forma repentina e inesperada a Libia. Se encuentra con el entonces jefe del Consejo Nacional de Transición, Mahmut Jibril.
¿Cuál era la razón para esta prisa y el vuelo al no precisamente poco peligroso aeropuerto de Trípoli?
La cosa es que, en ese momento, la dirección de la intervención de la OTAN ya hablaba abiertamente de retirarse en breve de Libia. El tiempo apremiaba, el presupuesto gemía, Siria se encontraba próxima y lo que quedaba por hacer en Libia debían llevarlo a cabo los rebeldes por sí mismos. Pero, ¿cómo retirarse de Libia sin haber alcanzado el objetivo principal, cuando Khadafi todavía vivía? El televidente norteamericano nunca lo perdonaría, tampoco los contribuyentes europeos.
Entonces Francia se dirigía hacia las elecciones, también las de EE UU se podían vislumbrar en el horizonte. En pocas palabras, era impensable retirarse de Libia sin haber dado muerte a Khadafi. Si no, los electores no habrían permitido presionar a los siguientes países – especialmente Siria.

Como si fuera un pedido, Khadafi es capturado al día siguiente. Eso sí, en circunstancias muy enigmáticas. Se reporta que ha abandonado Sirte en un convoy de vehículos. La OTAN atacó este convoy, pero el Coronel escapó al ataque y se ocultó en un desagüe, donde fue capturado por “el héroe” (comillas nuestras) Omran ben Schaaban. La captura tiene, en sí, aspectos realmente teatrales. Por alguna razón Khadafi tenía puesto su uniforme de desfile por el que se le conocía en las imágenes televisivas. Tenía consigo su pistola dorada, un rasgo  especial que completaba la imagen de un dictador árabe que tenían los telespectadores. Sea como fuere, más importante es que el cadáver de Khadafi simplemente desapareció después de todo el gran Show. Primeramente los nuevos gobernantes libios hicieron saber que había sido enterrado en un lugar secreto, luego se dijo que el cadáver había sido incinerado, tras lo cual las cenizas fueron esparcidas en el mar. De esta forma la cuestión esta resuelta, de forma muy similar a la del caso de Osama bin Laden.

Directamente después del asesinato de Khadafi la coalición occidental finaliza la operación militar en Libia, la percepción pública se traslada a Siria. Pero las preguntas permanecen. ¿Quién asesinó realmente a Khadafi, si es que realmente fue asesinado?

The Missing Link

Ya mencionábamos a Mahmud Jibril que recibió la visita de Clinton el día previo a la muerte de Khadafi. Estos días el buen viejo ha hecho una buena publicación. En la conferencia de países de la “primavera árabe” que tuvo lugar en El Cairo, dio una entrevista al canal televisivo egipcio “Dream TV” en el que atribuía el asesinato de Khadafi directamente a un “servicio de seguridad internacional”.

La muerte de Khadafi es obra de servicios secretos internacionales y no de “revolucionarios” libios (comillas nuestras), como creen todos. El objetivo era sumir a Khadafi en el silencio, puesto que conocía muchos secretos y todavía poseía algunos documentos secretos. De esta forma todo acaba en el lugar correcto: el asesinato sospechosamente teatral de Khadafi, la destrucción del cadáver, la aniquilación metódica de todos los testigos, la misteriosa muerte del embajador norteamericano Christpher Stevens, la desaparición de sus archivos.

Es posible que Khadafi fuera detenido mucho tiempo antes por servicios de seguridad, quizás cuando Trípoli cayó. Pero no se permitió que llegara a hacerse público, ya que todavía había que trabajarlo un poco. Por añadidura se necesitaba la amenaza de un Khadafi imposible de capturar para poder seguir procediendo militarmente contra sus seguidores.

Naturalmente también existe la versión de que Khadafi no fue asesinado, sino que pudo huir a uno de los países africanos vecinos. Al mundo se le presentó una escenificación que, o bien fue filmada con anterioridad, o bien lo fue con un doble del Coronel. Cómo sucedió realmente no lo sabemos, pero intentaremos seguir con el asunto en las futuras entregas.

Aclaracion: La presente nota fue publicada por el blog  http://apxwn.blogspot.de/ y traducida por el compañero Pedro Aguirre en colaboración con El intersocial y Obra de Unificación; su contenido no es necesariamente coincidente con las opiniones y conjeturas que los integrantes de los citados colectivos tienen al respecto.

Nota: http://apxwn.blogspot.de/2012/10/wochenschau-folge-47-zum-tod-des-oberst.html

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